La Lisboa bohemia, que desde sus techos color naranja mira al río Tajo y siempre vela por sus marineros. Capital, linda y antigua. La conocí una tarde de un martes de finales de febrero cerca de la hora en la que se ponía el sol. Estaba tranquila, temperatura perfecta, un poco nublado, no había mucha gente por sus calles. Rápido que llegué a Alfama, el barrio más antiguo de Lisboa y el que fue nuestra casa por unos días, me asomé por una terraza con vista al río, a los