Grenoble es una ciudad rodeada de enormes montañas y paisajes hermosos para los amantes de la naturaleza. Localizada al sureste de Francia, le llaman la entrada a los Alpes franceses porque tiene unas cadenas de montañas majestuosas a su alrededor.
“No importa la calle que mires, al fondo siempre encontrarás una montaña. Siempre son testigo de cada paso que das :)”.
Aparte de su naturaleza es una ciudad joven y multicultural, ya que una de las universidades de negocios más prestigiosas de Francia se encuentra allí: Grenoble École de Management (GEM). Además de otros centros estudiantiles y de investigación. Su aire es universitario, multicultural y con un entorno natural único.
¿Lo favorito para visitar?
Las montañas cercanas para ir a esquiar. Se encuentran excelentes centros de esquí muy cerca de la ciudad, como por ejemplo Les Deux Alpes y Alpe d’Huez. Como estuve estudiando entre un otoño e invierno en GEM, por supuesto no podía dejar de visitar alguno de ellos y experimentar por primera vez el esquí y snowboarding (y el amor por estar siempre en el piso, je!).
Qué otras razones hacen de Grenoble una ciudad especial:
- Buena localización – en una hora estás en Lyon y en par de horas en tren llegas a París o Barcelona.
- La Bastille – visitar Grenoble y no subir hasta la Bastille es como no haber visto lo mejor: admirar la ciudad desde lo alto. La Bastille es un fuerte situado en una montaña justo al lado del centro y desde el cual se disfrutan las mejores vistas. El camino hasta arriba es bien agradable, hay un museo, y el contacto con la naturaleza es increíble.
- Les Bulles (las burbujas) – teleférico instalado en 1934, uno de los primeros en construirse en Europa y la mayor atracción de la ciudad por su peculiar diseño. Mi consejo es hacer el recorrido a pie o corriendo para ejercitarse hasta el tope de la Bastille y desde arriba bajar en teleférico admirando las vistas.
- El centro – el casco histórico está lleno de vida, donde se encuentran los restaurantes y cafés más antiguos, donde se hacen compras y se ven las plazas y calles más pintorescas.
- Plaza Víctor Hugo – el momento más bonito para visitarla es en noviembre y diciembre, ya que se convierte en el mercado de Navidad. De más está decir que aquí comí de los mejores platos de invierno de la región 🙂
- Isère – el paso del río Isère por el medio de la ciudad y a orillas de la Bastille nos brinda una linda estampa.
- El tranvía – es el medio de transporte más cómodo que hay, cruza el mismo centro y está bien conectado con los autobuses.
- Cours Jean Jaurès – la avenida más larga de Europa en línea recta. Desde la Bastille no te pierdas esta vista.
- La gastronomía – De mis restaurantes favoritos para degustar la comida local y tradicional: La Ferme à Dédé (probar el raclette sin lugar a dudas) y Chez Marius. Platos muy diferentes a lo que puedes encontrar en París u otras regiones de Francia. Solo he visitado Grenoble en otoño/invierno, así que solo les cuento de la comida que los ayudará a pasar el frío de una manera más agradable 🙂
¡Y mi próxima visita será en verano de seguro!