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Mi primera gran mirada al Gran Cañón

Amanece en el cañón de Colorado

El sol trataba de dejarse ver entre las nubes para comenzar su día. Y yo frente a una mañana color azul comenzaba mi cita con él. Ibamos a pasar una mañana juntos. Cuando llegué y me estaba acercando a una de las barandas para verlo, empecé a ir más rápido y rápido. Ya sin disimulo de que voy tranquila caminando como si nada pasara, casi corrí, la emoción me embargaba y quería verlo YA. Llegué, me paré en seco, lo miré, me miró, respiré. Todavía estaba un poco oscuro y no veía muy bien su silueta, tomé fotos (no tantas), mis manos estaban temblando del frío o quizás de los nervios. Cambié de baranda a otra que estaba más cerca a él, fui, absorbí, había poca gente, había silencio, lo único que se escuchaban eran los clics de las cámaras, el viento y algún pajarito despierto. Duró unos 35 minutos, mi primera gran mirada al Gran Cañón. Esta es la primera foto que hice cuando llegué, a las 5:39am.

Mi primera gran mirada

Estaba en Mather Point, uno de los lugares para admirar las vistas a la altura del cañón. Estaba asombrada por su inmensidad y tuve que estirar la mano para ver si me encontraba frente a una pintura. El cañón se compone de muchas, muchas rocas que me parecieron grandes castillos de color rojo y verde con un peculiar tope plano. Desde ese lugar todos los castillos me parecían iguales.

Tenía a mi derecha una gran pared roja que por la luz del poco sol que había se veía rojo intenso como el cobre. Estaba llena de puntitos verdes que la decoraban y yo trataba de entender si eran arbustos pequeños o grandes porque aunque estuviera cerca de la pared los tamaños me confundían. Desde Mather Point la vista queda alta, algunos castillos quedan más bajitos y yo me visualizaba grande, pero realmente era una hormiga allí. Cuando miraba hacia abajo veía unos caminos trazados en el cañón, pensé que por ahí se encontraba el río Colorado “el verdadero diseñador”, pero desde ese punto en donde me encontraba nunca lo vi.

Sale el sol en el Gran Cañón
La luz pinta las rocas
Mañana nublada y azul
Castillos del cañón

Era muy temprano, nos había tomado 1 hora en llegar al parque desde Williams. Mi novio venía guiando y el camino fue bonito, no estaba totalmente oscuro, habían pocos carros y un venado nos sorprendió cruzando la carretera con mucha precaución (increíble que se paró, miró y cruzó). El plan del día era hacer hiking, pero luego de esos 35 minutos de paz con el cañón levantándose tuvimos que esperar a que calentara la mañana para poder comenzar.

Este año se cumplen 100 años del Parque Nacional del Gran Cañón. Me siento afortunada de haberlo visitado por mi cumpleaños y casualmente estuvimos celebrando juntos ❤️. Un centenario del parque, pero millones de años de vida. Y pensar que la parte de arriba donde me encontraba es la más joven, pero abajo, lo más profundo ha vivido mucho más. Conocer más sobre todas las capas geológicas que lo componen es verdaderamente impresionante. La de especies que han estado por allí, bajo agua, bajo aire, sol, las tribus, los cambios climáticos, la vida de este cañón es demasiada.

Emoción por las venas
Mi cara de amanecida, de emoción, de celebración.
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