En la región de Alsacia, al este de Francia hay una ciudad repleta de luces y decoraciones navideñas, mezclado todo con un poco de romanticismo francés y un toque alemán. A Estrasburgo se le conoce como la capital de la Navidad. Amantes de la Navidad (not me, ¡pero cómo encendió mi espíritu navideño!), hay un lugar mágico esperando por ustedes en Francia. Sobre todas las cosas que tiene esta ciudad, su mercado navideño es la luz de la noche.
¿Y qué es un mercado navideño? Lo puedo resumir en dos palabras: platos típicos exquisitos y vin chaud (vino caliente) 🍷. Estos mercados son muy comunes en Europa en esta época festiva, unos más grandes, otros con más decoraciones, pero todos con el propósito de pasear con tu familia o amigos y disfrutar de ellos. Tienen muchos puestos de madera con especialidades de la región, decoraciones, bebidas, artesanías, diversión para niños y villancicos en iglesias. Como en noviembre y diciembre usualmente hace mucho frío en Europa las comidas que sirven son de “la montaña” para mantener el cuerpo caliente mientras sigues disfrutando por las plazas. Por tal razón, pienso que han creado esto del vino caliente que para mi es una maravilla. Es un vino dulce, se prepara con vino tinto, especias, naranja o limón. Es de-li-cio-so.
Si eres del Caribe como yo o de cualquier región donde la Navidad o el clima es diferente, visitar Estrasburgo será una experiencia totalmente única. El mercado de esta ciudad que recorre varias plazas es el más grande de Francia y está considerado como uno de los mejores mercados de Europa. Es bonito, es romántico, es mágico. Se come bien (solo pienso en las salchichas, el choucroute o las galletas de jengibre). Se conoce otra cultura, otras personas. Se admira y se respeta. El Christkindelsmärik (Mercado del Niño Jesús) que se encuentra en la Place Brogliese se dice ser el más antiguo de Francia.
Además de los mercados, la catedral de Estrasburgo es imponente. Tiene un estilo gótico ejemplar, una torre muy alta y adentro tiene un reloj astronómico. Y no menos importante, el estilo colombage de las casas y edificios de la región es casi irreal. Es la mezcla de dos culturas, casas sacadas de un cuento y que pareciera que tirarán galletitas de jengibre por las ventanas a los niños que se porten bien 🙋.
Acá abajo comparto algunas fotos de mi experiencia por la capital de Nöel.
Y sin olvidar que hay un pueblo muy pequeño el cual queda al lado, lo es Colmar, se llega en tren y se puede visitar un día solamente. Colmar es más especial aún, más navideño. Llegué a Estrasburgo en tren desde Lyon y de Estrasburgo me fui en tren a París. Los paseos en tren son maravillosos, como viajar en el tiempo sin perder los paisajes y el horizonte. Mi recomendación si me preguntaran sería tomar un tren de alguna de estas dos ciudades grandes para llegar hasta Estrasburgo. Unos 4 días para perderte por las casas decoradas, la luminosidad de las calles y guirnaldas navideñas estarán muy bien. ¡A planificar la próxima Navidad!